La práctica jurídica: Lecciones que solo se aprenden ejerciendo

Durante los cinco años y medio de mi formación profesional, adquirí conocimientos en diversas ramas del derecho gracias a mis profesores. Sin embargo, mi primer acercamiento a la verdadera práctica jurídica llegó en el décimo semestre, cuando, gracias a un convenio entre la Universidad y la Rama Judicial, fui practicante en un Juzgado Laboral de Bogotá.

Fue en esos meses de ejercicio profesional que comprendí una verdad fundamental: "El abogado no es un ser omnisciente capaz de prever cada situación jurídica de un cliente, sin conocer la realidad del caso". Este escenario quedó aún más claro cuando conocí el caso de unas hermanas que buscaban solicitar la pensión de sobrevivientes de su hermana mayor, quien había fallecido.

En la primera entrevista, mencionaron que su hermana fallecida había sido su apoyo económico toda la vida, especialmente en el sostenimiento de Sofía, una adulta mayor que dependía de ella y que, en principio, parecía cumplir con los requisitos para la adjudicación de la sustitución pensional. Sin embargo, al investigar el caso, se determinó que la pensionada nunca registró a su hermana como beneficiaria en el sistema de seguridad social y, además, tampoco reunía los requisitos legales para acceder a la sustitución pensional.

Este caso muestra cómo el desconocimiento de ciertos trámites, junto con la revelación parcial de información por parte del cliente—donde aplica el adagio popular "dígale toda la verdad a su abogado"—puede afectar sus derechos. Esto refuerza una lección valiosa que mis docentes solían repetir: "La profesión del Derecho es de medios, no de resultados".

Como abogados, nuestra labor requiere compromiso, investigación y estrategia, pero dependemos de la información proporcionada por el cliente para construir un caso sólido.

Para garantizar una comunicación clara y eficiente, en nuestra firma implementamos un método estructurado que sigue estos pasos:

• Primera entrevista: Se diligencian formatos de consulta con los datos proporcionados por el cliente, incluyendo aceptación y consentimiento.
• Formalización del caso: Suscripción de contrato, otorgamiento de poder y autorizaciones necesarias.
• Entrega de documentación: El cliente proporciona los documentos esenciales para el proceso.
• Seguimiento: Se envían comunicaciones periódicas informando el desarrollo del caso.
• Cierre del proceso: Entrega de expediente completo, informe de gestión y paz y salvo de honorarios profesionales.

Implementamos este método con cada cliente, buscando siempre optimizar la gestión y garantizar la mejor asesoría posible.

Nos gustaría conocer las experiencias de nuestros colegas: ¿Qué estrategias han encontrado efectivas para mejorar la comunicación con sus clientes en la práctica jurídica?

Winny Rodríguez S.

CEO ~ Abogada